MONTEROS
25 de febrero de 2020
VECINOS DE YONOPONGO SE QUEJAN DE LOS EXCESOS DE FIN DE SEMANA. ¿QUIEN NOS CUIDA?

Cada vez se ponen mas complicados los fines de semana, en la entrada de Yonopongo.
Carlos Hernández, informó a nuestra redacción que los vecinos están cansados de tener bloqueada de autos la entrada principal de su localidad, que se encuentre entre Monteros y León Rouges. Salen de boliches y bailantes y la fiesta continúa, cortando la calle, música a todo volumen. “No podes pasar porque te insultan te tiran vino. La Policía te cuelga el teléfono” expresó Hernández.
Los lugareños hicieron muchas denuncias y se incrementaron estos eventos con los bailes de carnaval. “Nadie nos da soluciones. A un amigo le sacaron un arma cuando el quiso pasar” denunció Carlos.
Cuando los corren de El Cristo viene para nuestra zona, en la entrada a Yonopongo a 200 metros está la escuela 121, que dentro de pocos días comenzará su actividad escolar.
“Este domingo fue una locura, corrieron a insultos a un grupo de señoras, que salen a caminar, seguramente esto continuará” se lamento desesperanzado Hernández
¿QUIÉN NOS CUIDA?
En la opinión de la Lic. Andrea Romanowski-Mp 2294
Del descontrol de los excesos a sentirse Indefenso como consecuencia de este descontrol, se esta volviendo la moneda corriente a través de la cual nos comunicamos socialmente. Adolescentes, jóvenes e incluso adultos que transitan en las noches y madrugadas de Monteros, la diversión juvenil se convierte en una situación grupal de pandilla o en la manada, que se constituyen como espacios de pertenencia, de una persona que se encuentra insegura y que necesita de otros para resignificarse. Lo mismo le ocurre en el consumo del alcohol u otras sustancias que usan para quedar inconscientes de si mismos.
Los especialistas coincidimos en que esta actitud de los adolescentes y jóvenes de hoy constituye un llamado de atención porque expresa el malestar de una generación ante la falta de proyecciones, de límites y controles parentales y a una preocupante ausencia de valores. Seis de cada diez adolescentes escolares muestran patrones de alcoholismo y el 30% de los estudiantes menores de 14 años afirman que beben en soledad. En los últimos siete años, además, se registró un incremento de tasas de consumo de alcohol en la franja que va de los 12 a los 17 años, que es consistente con la también registrada baja en la edad de inicio de consumo. (fuente: SEDRONAR- Estudio de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población General )
Los chicos necesitan de un buen ejemplo a seguir, pero que ocurre cuando los referentes adultos, ¿también somos parte del problema? Se genera un vacío, en el que no se puede educar o transmitir valores. Un joven, un adolescente necesita, de afecto y paciencia, pero también de exigencias y limites. Esto ayudara a que formen una personalidad más integrada, menos temerosos y vulnerables frente a las propuestas de los excesos.
Ya no podemos mantener una actitud pasiva o indiferente frente a un problema que crece día a día, en el cual todos constituimos una parte de la solución.
Urge tomar medidas para poner freno a este descontrol. Autoridades, organismos de gobierno con competencia en adicciones, organizaciones no gubernamentales, establecimientos educativos y, sobre todo, las familias, disponerse a asumir responsabilidades y acciones concretas.
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