La palabra “apapacho” es una de las más hermosas que el náhuatl le obsequió al español por su significado particular: palmadita cariñosa o abrazo, también definida poéticamente por los mexicanos como acto de apapachar o acariciar con el alma. Este es el nombre que dio origen a un gran proyecto del municipio de Monteros y que actualmente se vio concretado en la inauguración del primer Centro de Desarrollo infantil, que albergará a cientos de niños y niñas de la primera infancia.

En este lugar, se recibirán a los bebés desde sus 45 días hasta los dos años inclusive. La idea central del mismo es ser un espacio de contención para aquellos niños y niñas cuyas familias requieren mayor ayuda y colaboración en el cuidado de los mismos. Reconociendo que gran parte de las tareas de cuidado recaen sobre las mujeres, este espacio es considerado un proyecto con perspectiva de género, puesto que las madres podrán continuar trabajando, o estudiando, sabiendo que sus hijos quedan en un ámbito de cuidado adecuado.

El Centro de Desarrollo Infantil contará con atención profesional apta para el cuidado integral de la primera infancia, con un cupo de hasta 50 niños por turnos, los cuales hasta el momento serían dos, un matutino y el otro en horario a definir, según la demanda.

El acto se oficializó con la presencia de Lorena Málaga, ministra de desarrollo social de Tucumán, quien afirmó que Monteros “transita la cultura del cuidado y el respeto a las infancias” con esta nueva incorporación.

En representación del municipio, el secretario de gobierno y también candidato a la intendencia en los próximos comicios, Francisco Serra Hijo, aseguró en su discurso de inauguración que la idea es la de “acortar brechas” y acercar posibilidades a quienes más lo requieren.

Tal vez muchas personas crean que este es un logro que permitirá centrarse en el cuidado de los niños, pero que no es suficiente para ayudar a la comunidad en general con la situación económica que se vive a diario. Sin embargo, es un paso gigante en materia de políticas de cuidado dentro de un gran eslabón de luchas colectivas para disminuir el círculo de la pobreza femenina. Es un acontecimiento extraordinario y a la vez lógico, en una sociedad que avanza en perspectiva de género por una igualdad de derechos.

Las tareas de cuidado no son solamente responsabilidad de las mujeres como lo demandaba la costumbre patriarcal, sino también de los hombres y del estado, de todas las personas.

Estos avances son posibles debido a la presencia masiva de las mujeres en los lugares de decisión.

Apostar a los espacios de cuidado es apostar al progreso, al desarrollo profesional de las mujeres, a la igualdad de género e involucramiento de los varones en los cuidados y a un mejor desarrollo de las infancias.

Fuente y Fotografía: Prensa Municipalidad de Monteros